Investigadores del grupo ESALab de la Universidad de Salamanca (USAL) han diseñado trajes inteligentes low cost para gimnastas. El objetivo es poder avisar a los entrenadores de aquellos movimientos que puedan desencadenar una lesión o ejercicios de difícil percepción. Para llegar a esa información han utilizado dos vehículos: el entrenamiento y la competición. Cada parte tiene unas metas diferentes, lo que ha requerido el apoyo de profesionales de distintas áreas.
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Son rutinas elegantes donde la fuerza, el control y la habilidad se exhiben rodeadas de belleza en el tapiz. Movimientos que inciden en la expresividad al son de la música y acompañados de mazas, cuerdas, aros, pelotas y cintas. Piruetas fruto de una disciplina que exige bastantes horas de entrenamiento. La gimnasia rítmica es mucho más que un deporte. Por tanto, merece la pena monitorizarla para conocer cada paso y poder avanzar en una línea donde la perfección es el único destino. ¿Cómo hacerlo? A través de la tecnología smart textile.
En la sección del proyecto destinada al entrenamiento, según explica el profesor Raúl García Ovejero, se estudiaron diferentes características a través de diversos dispositivos, que sirvieron para definir el movimiento realizado por las participantes. A partir de esos datos se confeccionó un estudio específico de los desplazamientos de cada parte del cuerpo para el análisis tanto de la entrenadora como del médico. El fin es, subraya, mejorar la actividad y prevenir lesiones por hacer movimientos repetitivos incorrectos a lo largo del tiempo.
«Toda la información recopilada de cada entrenamiento realizado puede ser monitorizada para elaborar gráficos de la evolución de las características marcadas tanto por la entrenadora como por el médico», detalla para, más tarde, agregar que con esta acción se pretende generar patrones y predicciones que anticipen el comportamiento físico de la gimnasta para alertar de mejoras en los movimientos y posibles lesiones.
En el apartado centrado en la competición se definió como finalidad fundamental la de mejorar visualmente el maillot para intentar que los jueces subieran su puntuación y el público se quedara impresionado. Sin embargo, apunta el profesor del Campus de Béjar de la USAL, las características de esta prenda deportiva vienen definidas por normativa y, además, son muy estrictas. Es más, no se pueden introducir estas novedades en la competición. Por esta razón, el equipo buscó una vestimenta solo para las exhibiciones deportivas.
En concreto, se trata de un traje que produce cambios visuales al ritmo de la música y del ejercicio. El punto de partida para dar con la prenda exacta, tal y como expone, fue estudiar las piruetas que seis deportistas iban a realizar en una gala benéfica en el pabellón Antonio Sánchez de la Calle a favor de San José Artesano. Para dar una mayor visualización al ejercicio se decidió integrar dispositivos luminosos tipo leds al maillot. En este sentido, García Ovejero especifica que, aunque todas las gimnastas compartían vestimentas, la programación de cada una de ellas fue diferente para que en la pista el resultado final fuese más llamativo.
Con las prendas se integran varios sistemas electrónicos y eléctricos para que estos sean lo más seguros y cómodos posibles, es decir, que las personas que las llevan puestas apenas noten que portan estos dispositivos en la indumentaria. Por esto, subraya, ha sido «indispensable» diseñar con anterioridad dónde iban a ir esos dispositivos y su conexión. Una vez concretado, se definió el proceso. «Los sensores integrados en el traje mandan de forma inalámbrica los datos al ordenador, que los recopila para ser tratados adecuadamente. Los leds son programados a través del conexionado USB con el ordenador para que realicen los cambios visuales de color definidos por el ejercicio a realizar por las gimnastas», detalla.
Toda la innovación, a su parecer, puede tener diferentes objetivos: desde buscar la mejora de prestaciones de materias ya estudiadas hasta encontrar nuevas finalidades. En esta iniciativa con sello salmantino han compaginado ambas líneas, tanto para cambiar dispositivos como para mejorar las prestaciones y poder incorporar sistemas diferentes con nuevas funcionalidades, así como tratar los datos obtenidos para fines concretos de este deporte.
La base en la que reposa el proyecto está formada por la textrónica y la informática. Por esta razón, se requieren miembros de distintos ámbitos para desarrollar ideas. De hecho, este conocimiento multidisciplinar es el que consigue que este tipo de trajes destinados a la gimnasia rítmica sean más económicos. Y es que una de las limitaciones en los comienzos fue su coste. Por suerte, dice Raúl García Ovejero, se ha ido avanzando en la comercialización de nuevos mecanismos más pequeños, baratos y con menos gasto de energía para una mayor durabilidad de funcionamiento.
De igual manera, comenta que la incorporación de redes inalámbricas de área corporal (WBAN) aporta «un valor importante» al desarrollo de estos textiles, siendo el reloj inteligente un ejemplo no textil de la tecnología que está usando una parte muy importante de la población. Con todo esto, según declara el profesor de la USAL, se pueden controlar más características de los trajes para probar su funcionamiento y elegir los más adecuados a la finalidad fijada en esta disciplina.
La información que se recoge de la indumentaria puede, aparte de predecir lesiones y señalar aquellos ejercicios de difícil percepción, extrapolarse a otras finalidades diferentes para la sociedad en general como, por ejemplo, medir la temperatura corporal y que ese dato se pueda consultar en el teléfono móvil, sugiere.
Respecto a las ventajas, sostiene que ahora mismo contar con un maillot con este tipo de tecnología solo es accesible para la parte de la población que tiene un poder adquisitivo alto. Una de las razones que empujó a este equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca fue lograr un traje con ciertas características y que fuera lo más cómodo y económico posible.
Además, afirma que la versatilidad de las vestimentas inteligentes es «inmensa», puesto que sustituyendo los sensores por otros adecuados a los propósitos concretos que se quiera, se pueden confeccionar atuendos para cualquier tipo de deporte. Lógicamente, García Ovejero aclara que antes de diseñarlos, deben existir estos dispositivos en el mercado y que sean adecuados, es decir, que sean compatibles con la actividad humana, que se puedan integrar en el tejido y que mantengan sus características dentro de los parámetros adecuados para que funcionen de forma correcta.
La idea surgió durante el entrenamiento de la hija de este profesor de la USAL en el club deportivo rítmica Kairos. «En una conversación con la entrenadora pensamos en realizar un traje original para una exhibición en una competición local de gimnasia rítmica con la colaboración de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Béjar, y así introducir algo diferente en este ámbito», relata.
Dicho y hecho. Ahora han desarrollado un traje con una mayor integración de los componentes, más económico y cómodo. Esta última cualidad, incide, es «primordial» para poder hacer los ejercicios de forma correcta en esta disciplina. No se han quedado ahí. Ya han mantenido conversaciones con un empresario madrileño para iniciar el desarrollo del producto. «Estamos en la fase inicial y, por desgracia, se está posponiendo este desarrollo por la emergencia sanitaria surgida», señala.
No obstante, no cejan en su empeño. Tienen todo de su parte. «Las perspectivas de fabricación de tejidos inteligentes son muy buenas y con los avances tecnológicos actuales se pueden aportar múltiples utilidades a diversas prendas». En este camino espera encontrar muchos más aliados para poder desarrollar otras aplicaciones a diferentes prendas textiles inteligentes.
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Fuente De La Noticia: diariodecastillayleon